miércoles, 6 de junio de 2012

Posible cambios

Nuestra sociedad se hace resaltar por sus multiples personajes reconocidas que logarn tener una gran influencia en nuestro país. Por tal razón aquí vamos a proponer algunos personas reconocidas que nos puedes ayudar a seguir combatiendo con la drogadicción.


Claudio Pizarro

Por: Viviam De La Vega


El consumo de drogas es un fenómeno multicausal ya que en él inciden una serie de factores en el ámbito personal, familiar, escolar, social y cultural, por lo tanto no existe sólo una manera de abordarlo.

La Drogadicción en nuestro país ha crecido significativamente . Claudio Pizarro ayudaría mucho a combatir este problema incentivando más al deporte a los jóvenes ya que es un futbolista profesional y con este ingreso económico que invirtiria parte de su ingreso en este tema.


 
Policia
Por: Fabrizio Agurtho
Como la policia combate la drogadicción vigilando diferentes puntos estrategicos donde se encuentran las personas, asi dando control a estas personas adictas.
Tambien podria a ver una mayor cantidad de patruyas haciendo guardias.

Magaly Medina

Por: Marjorie Galvez Mendoza


En el Perú se caracteriza por la fácil llegada que sus periodistas de renombre influyen de manera directa a la población. Por ello, existen diversos periodistas que a medida que ido transcurriendo el tiempo ha logrado cada vez más tener el poder de la “influencia” hacia los peruanos. Uno de los casos más notorios y persistentes es sobre la periodista y conductora, Magaly Medina. Adora por muchos y aborrecida por otros, a pesar de los comentarios originados a su alrededor no han podido evitar que año tras año esta periodista fuera construyendo ante la vista del público su veracidad, fortaleza, poder de convicción y su peculiar manera de no “dejarse pisar el poncho por nadie”, aunque estas ultima actitud las llevo a demostrar una verdad que solo ella podía afrontar.

Actualmente, Magaly Medina ha logrado de manera sorprendente tener una influencia muy elevada en el país. Por tal motivo, la periodista se volvió un icono importante y si nos apoyamos en su credibilidad se podría iniciar un proyecto junto con ella, que trate sobre la drogadicción. Los temas a disposición son los diversos casos donde las drogas se han involucrado con personas reconocidas por el público, esa realidad invadirán los interiores de las casas; las madres de familias, que son las que personas que más la observan, tomarían más conciencia al ver por un momento que ese futuro podría llevar sus hijos por algún descuido de partes los padres, para luego impedir a toda costa que esta realidad toque su puerta.

Poco después se podría ocasionar unos ligeros cambios e inmediatamente pasado este proceso se realizarían campañas en los cuales sustenten con mayor precisión cuan dañino son las drogas. La población sentirá el impacto de la publicidad y podremos lograr conciencia. Todo esto se puede originar basándonos de una sola persona pero ¿Qué pasaría si logramos juntar a varias personas que tengan parecido el perfil de la periodista?, los logros se incrementarían rápidamente, porque las personas verán que se están comprometiendo a erradicar este problema y solo después querrán unirse a la causa. Sin embargo, volviendo a la realidad, para crear conciencia costará más que solo demostrar como es una verdad cruda, más que un spot publicitario, más que una periodista reconocida tratando de iniciar el cambio, sino que tratará de cambiar radicalmente una cultura que ya está siendo escrita, leída y continuada por todas las generaciones que siguen como patrón ya que no ven o no quieren hacer algo distinto ya sea por falta de iniciativa o de carecer de gente motivada a ser parte del cambio.

Mi Mamá

Por: Patricia Camacho 
Mi mamá podría servir de mucha ayuda ya que es una persona mayor con experiencia de la vida, y podría dar muy buenos consejos. En el caso de mi mamá como podría ayudar a evitar la drogadicción es:

EN PRIMER LUGAR: aconsejando a los padres de familia que es muy importante la participación y la unión familiar. Que no solo es con quien se juntan sus hijos sino también es como es la relación en familia es la medida en que se puede prevenir o se puede caer en la drogadicción. Como el escuchar a nuestros hijos, debemos darnos el suficiente tiempo para escuchar sus inconformidades, la relación que tienen con sus compañeros de escuela, tenemos que estar al pendiente pero respetando su espacio. Debemos darnos el suficiente tiempo para jugar con ellos, aunque lleguemos muy cansados de trabajar, debemos dar un esfuerzo extra esto servirá como lazo de confianza, será mas fácil que tu hijo platique sus problemas contigo. Como también, aconsejando a los padres que inviten a casa a los amigos de sus hijos a su casa de esta manera te darás cuenta de quienes son sus amistades y podrás identificar posibles riesgos con algún individuo.


EN SEGUNDO LUGAR: hablar con las personas que tienen este problema, aconsejándolas y tratándole de hacerles ver los peligros que corren consumiendo cualquier tipo de droga enseñarles los efectos y daños de las drogas, esto le servirá para saber que es algo que los puede dañar para toda su vida y poder reducir un poco el riesgo de consumo.

Esto serviría de mucha ayuda para ambos los padres y los hijos.

 

El Papa
Por: Karina Huaman
La drogadicción es un fenómeno que se difunde cada vez más. Plantea graves problemas psicológicos, sociales, espirituales y morales. Nos encontramos en un mundo en que al niño se le abandona demasiado pronto a sí mismo. Se espera que despierte su libertad y que se vuelva autónomo, mientras que, al mismo tiempo, se le hace frágil a largo plazo, porque no se le da la posibilidad de apoyarse en los adultos y en la sociedad para poder madurar. Al faltarles ese apoyo básico, muchos niños llegan al umbral de la adolescencia sin una verdadera unificación o una estructura interior. Como reacción, frente a un mundo que parece vacío, considerando su futuro inmediato, algunos intentan, a pesar de todo, sentirse vivos. Buscan puntos de apoyo y cultivan diversas relaciones de dependencia con otros, con varios productos o con comportamientos peligrosos.


Los padres de estos jóvenes se sienten, lógicamente, preocupados y a menudo buscan ayuda cuando se enfrentan a lo que les parece un problema grave que, como mínimo, pone en tela de juicio la maduración psíquica, ética y espiritual de sus hijos. Un niño, al igual que un adolescente, no tiene el sentido de los límites, especialmente en un mundo en el que se sostiene la idea de que todo es posible y que cada uno puede hacer lo que quiera. Los padres tratan de enseñar a sus hijos lo que se puede hacer y lo que no se ha de hacer, lo que está bien y lo que está mal. Con frecuencia tienen la impresión de que su actitud educativa queda debilitada e incluso devaluada por las ideas y las imágenes que circulan en la sociedad.
En consecuencia, los padres se sienten a menudo derrotados ante sus hijos, vencidos por algo que, lamentablemente, les parece más fuerte que ellos en el ámbito de los medios de comunicación social. Están inquietos porque no se sienten apoyados por la sociedad. No quieren que sus hijos se droguen, mientras otros se empeñan por lograr que se legalice la venta y el uso de productos que favorecen la drogadicción.





Dado que la drogadicción juvenil depende de una debilidad de nuestro sistema educativo, nose ve cómo la legalización de estos productos puede favorecer un mejor control de los mismos por parte de los jóvenes y, sobre todo, cómo les puede ayudar a comprender lo que buscan a través de estas sustancias. La legalización de las drogas conlleva el riesgo de efectos opuestos a los que se buscan. En efecto, se admite fácilmente que lo que es legal es normal y, por tanto, moral. Cuando se legaliza la droga, lo que queda liberalizado no es el producto; lo que se convalida son las razones que llevan a consumir ese producto. Ahora bien, nadie puede discutir que drogarse es un mal. La droga, adquirida ilegalmente o distribuida por el Estado, siempre contribuye a la destrucción del hombre.



Asegurando así el bien común, el Estado tiene también como tarea velar por el bienestar de los ciudadanos. La ayuda del Estado a los ciudadanos debe responder al principio de la equidad y de ¡a subsidiariedad, es decir, ante todo debe proteger, aunque sólo sea contra sí mismo, al más débil y pobre de la sociedad. Por tanto, no tiene el derecho de incumplir si¡ deber de defensa frente a los que aún no han tenido acceso a la madurez y que son víctimas potenciales de la droga. Además, si el Estado adopta o mantiene una postura coherente y valiente con respecto a la droga, combatiéndola sea cual sea su naturaleza, esta actitud ayudará también a la lucha contra los abusos del alcohol y del tabaco.
La Iglesia quiere recordar las aplicaciones de este fenómeno. Subraya el hecho de que, en la perspectiva de una legalización de la venta y del uso de los productos que favorecen la drogadicción, lo que esta en juego es el destino de las personas. Algunos acortarán su vida, mientras que otros, tal vez sin caer en la dependencia propiamente dicha, echarán a perder sus años juveniles sin desarrollar realmente sus potencialidades. No se debe hacer experiencia a costa de la gente. El comportamiento que lleva a la drogadicción no tiene ninguna posibilidad de corregirse si los productos que refuerzan ese comportamiento mismo son puestos a la venta.








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