martes, 15 de mayo de 2012

Combatir narcotráfico es clave para erradicar a Sendero del VRAE, según especialistas

¿Es la captura de camarada ‘Artemio’, al menos, el inicio del fin de las acciones violentas de Sendero Luminoso (SL) en nuestra selva? ¿Por qué hay que desconfiar de que los cuadros del senderismo puedan reemplazar con facilidad a ‘Artemio’ con un sucesor natural? ¿Cómo afecta esta caída los planes de Movadef para ganar terreno político entre ciertos grupos radicales?


Sin duda, se trata de un golpe que podría terminar siendo letal para el senderismo en el Alto Huallaga. Asimismo, la caída de José Eleuterio Flores Hala (nombre real de “Artemio”) frustra las pretensiones de amnistía que él mismo perseguía, de acuerdo a los volantes repartidos en sus recientes incursiones.


De hecho, y con voz que denotaba su molestia, *el abogado del Movadef, Alfredo Crespo,* conversó con elcomercio.pe y solo atinó a decir sobre la captura de ‘Artemio’: “No tengo ningún comentario que hacer”.


“Creo que es mejor (que sea) juzgado que muerto porque el juicio va ayudar a difundir muchas cosas de las que hizo Sendero (Luminoso) y eso es bueno para la educación cívica de la población”, opinó el especialista en temas de terrorismo Carlos Basombrío en conversación con elcomercio.pe.


Sobre Artemio pesaban millonarias recompensas, una del Perú (1 millón de soles) y otra de Estado Unidos (US$5 millones). De ahí que las versiones de una traición en el entorno de ‘Artemio’ sean las que circularon primero cuando se supo que estaba herido. Es así que el resquebrajamiento de la célula del Alto Huallaga ha sido el inicio del fin para ‘Artemio’. “La recompensa introduce el factor sospecha en el grupo, todos se miran con desconfianza; es un factor psicológico, crea un clima de incertidumbre muy importante que los obliga a reducir su ámbito de lealtades, a tomar más precauciones, a cometer más errores y cuando se van debilitando algunos toman otro camino y ocurre lo que ha pasado ahora, terminan traicionando a su cabecilla”, opina Basombrío.


La supervivencia de los remanentes de SL en nuestro país es posible hace varios años gracias a los fondos de los carteles de la droga. Sendero les ha brindado protección y en años más recientes ayuda en el acopio de hoja e insumos, de trabajadores, así como en el proceso de fabricación y transporte de droga. Así que el golpe, aunque quizá mortal para el senderismo, constituye una herida —pero no de muerte— para el tráfico de drogas.

En esta línea, el experto en temas de narcotráfico Jaime Antezana comprende a la facción de ‘Artemio’ como una nueva etapa a de la violencia luego del ocaso del grupo senderista “Proseguir”, tras la caída de ‘Feliciano’ en 1999. ‘Artemio’ a inicios de 2004 se desmarca del Partido Comunista del Perú – SL e inicia el accionar al que el experto llama “narcoviolencia”, ataques a acciones de control de droga, de insumos, combustible y madera. Sin el sustento ideológico del pensamiento maoísta-leninista de SL.

“(La caída de ‘Artemio’) es un golpe a la estructura armada del narcotráfico, no al terrorismo. Es para mí ese el significado más importante. Y parece ser el puntillazo final a esta organización delictiva. Y dudo mucho de un reagrupamiento”, indicó Antezana.


Ambos analistas coinciden en que se trata prácticamente del SL en el Huallaga y que alguno de los remanentes tratará de recoger la posta, sus fuerzas mermadas complicarán su subsistencia. Sin embargo, el accionar de sicarios del narcotráfico —cuyos enfrentamientos contra efectivos antidrogas en 2011 sumaron 5, sin que en ellos intervenga SL— hacer ver aún lejos la paz en el Alto Huallaga.


LA TAREA PENDIENTE: EL VRAE

Aunque ya de espaldas al Comité Central de SL hace varios años, los remanentes subversivos que continúan en actividad se ubican en el valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE). De hecho “Artemio”, en más de una oportunidad se enfrentó a estos, al ser el único de los terroristas vivos que seguía de cerca el llamado “pensamiento Gonzalo”. Los hermanos Víctor y Jorge Quispe Palomino, alias ‘camarada José’ y ‘camarada Raúl’, respectivamente, se dedican más bien a brindar servicios a los grupos del narcotráfico en la zona. Atrás parecen haber quedado para ellos la lucha de clases y la guerra popular y ofrecen sus balas al mejor postor.



Con lo que reviste suma importancia que el avance hacia el VRAE, anunciado por Ollanta Humala, se ejecute a la brevedad con herramientas similares a las que se usaron para la caída de ‘Artemio’: la inteligencia policial, el uso de alta tecnología, escuchas telefónicas, la penetración de informantes, oferta de recompensas. Ello, porque el internamiento de Sendero en el circuito de la droga es mayor en el VRAE y con ello, su poderío.


“Sendero Luminoso en el VRAE no responde a Artemio y es mucho más poderoso. Y ahí hemos tenido derrotas importantes. El trabajo ahora con ellos es central para desterrar al terrorismo en el Perú”, afirma Basombrío. Y también para evitar que esta facción ingrese al Huallaga e intente controlar la droga en las zonas que eran de ‘Artemio’.

El terrorismo en el VRAE tiene más “recursos, hombres, movilidad, cobertura geográfica”, dice.

Para Antezana es claro que el accionar delictivo de Sendero en el VRAE está alquilado al narcotráfico también desde los ochentas a varios niveles: “Es una estructura armada de narcotraficantes, es una firma de narcotraficantes. Ninguno es parte del Partico Comunista del Perú”.

Por lo tanto, atacar el problema del terrorismo en la selva tan solo como el de un grupo de violentistas y no como el de una estructura del sicariato puede ser peligroso. “El problema de fondo es que el narcotráfico está en ascenso. Nos hemos convertido en el primer productor de cocaína pura. ‘Artemio’ y Quispe son firmas del narcotráfico. Se trata de enfrentar a estos grupos armados dentro de una estrategia de lucha contra el narcotráfico”, afirma Antezana.

Sin embargo, en la capital el problema sí es político, con iniciativas como la del Movadef, a fin de convertirse en un partido. Asimismo, con la renovada intrusión de personajes violentistas y con discursos filoterroristas que aprovechan vacíos históricos, paupérrimos niveles de información en jóvenes, en fin, la memoria. Dos frentes para eliminar un problema de más de 30 años.



Fuente: El Comercio

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